La fascinación por el pasado lleva a Velasco a sentir una especial atracción por la arqueología. Debido a ello, en sus viajes, siempre trata de visitar yacimientos arqueológicos y, obviamente, su obra no escapa de reflejar, en muchas ocasiones, esa fascinación:
Aquí vemos un lienzo en el que aparece plasmado su hijo, Carlos,
arqueólogo de profesión, donde aperece dibujando el interior de una tumba
feno-púnica del siglo III a.C. durante unas excavaciones que efectuó en Túnez.
En uno de sus viajes conoció la mágica ciudad navatea de Petra (Jordánia)
En Grecia, el pasado clásico le llevo a una nueva fuente de inspiración.
Egipto, obviamente, lo cautivó por su majestuosidad
El monumento erigido en honor a Ramsés II, en Abu Simbel
arqueólogo de profesión, donde aperece dibujando el interior de una tumba
feno-púnica del siglo III a.C. durante unas excavaciones que efectuó en Túnez.
En uno de sus viajes conoció la mágica ciudad navatea de Petra (Jordánia)
En Grecia, el pasado clásico le llevo a una nueva fuente de inspiración.
Egipto, obviamente, lo cautivó por su majestuosidad
El monumento erigido en honor a Ramsés II, en Abu Simbel
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